+ Fue un actor muy versátil y de calidad: ganó 7 Oscares de 10 nominaciones
+ Famoso por sus personajes de gángster, de los que jamás pudo alejarse
+ Declaró que le hubiera gustado lo recordaran como un gran bailarín o cantante
por Héctor ESPINOSA FLORES
James Cagney fue sin lugar a dudas uno de los grandes actores del cine clásico. Y fue un triunfador de Oscares con 7 ganados de 10 nominaciones. Además, fue un actor que se mantuvo activo en el cine durante 50 años, aunque tuvo, como otros actores, una etapa de retiro nada menos que de 20 años.
James Francis Cagney -su nombre real- nació el 17 de julio de 1899 en la ciudad de Nueva York de una familia humilde de inmigrantes irlandeses y noruegos. Después de que en 1918 falleció su padre, tuvo que abandonar sus estudios en la Univesida de Columbia y se puso a trabajar en diversos oficios, entre ellos, envolver paquetes en un almacén neoyorquino, y ganaba 16 dólares a la semana, con lo que se mantenían su madre, sus hermanos y hermannas. Pero luego entraría a vodeviles, donde curiosamente debutó interpretando a una mujer. Luego sería cantante y bailarín y ganaba 35 dólares semanales, manteniéndose en esas presentaciones 12 semanas.
En los años 20 ya trabajaba en comedias musicales en Broadway y cuando trabajaba en “Penny Arcade” y estuvieron en el oeste de Estados Unidos en 1930 la Warner lo contrató sólo para tres semanas para hacer una película, pero eso bastó para ver en él un potencial y excelente actor y ahí se quedó toda su vida. Y no se equivocarían, porque ese mismo año comenzó a trabajar en la cinta “Enemigo público”. Y esa película además de que le abrió las puertas a la fama también lo marcó para toda su vida en el papel de un gángster, aunque el quisiera que lo recordaran como un bailarín y cantante como lo había mostrado en “Yankee doodle dandy” con la cual ganó el Oscar como mejor actor en 1942. Sin embargo, y esto no se supo sino muchos años después, a él le habían ofrecido el papel del muchacho bueno de la historia -Edward Woods hizo finalmente ese papel- pero cuando el director de la película y los guionistas vieron la película “Puerta al infierno”, William Wellman el realizador le dijo a la compañía productora que tenían los papeles al revés, y fue cuando decidieron que el papel del “malo” fuera para Cagney. Y le pagaron 151 mil dólares por los 16 días que duró la filmación.
El actor consideraba que fueron muy buenas las cintas “Oliver” y “Patton”, a pesar de que en ese tiempo era difícil interpretar a los militares, porque como no hablan mucho, tenía que hacerse algo más para llamar la atención del espectador.
Llegó a decir que se consideraba un actor jornalero, porque aceptaba todo y no le importaba todo lo demás. Y llegó a decir que no necesitaba el aplauso, pero en realidad era lo que se ganaba con sus creíbles actuaciones.
En la época en que se retiró del cine -20 años- se convirtió en un granjero exitoso que cultivaba maíz y heno para sus 200 cabezas de ganado en su rancho de Dutchess County, Nueva York, junto con su esposa Frances, a la que apodaban Bill.
También practicó la poesía y la pintura y llegó a recibir el ofrecimiento de 15 mil dólares por los derechos de reproducción de algunos de sus cuadros, pero no aceptó.
De las últimas cosas que se supieron del actor, después de terminada su última película “Uno, dos, tres” de Billy Wilder en 1961, es que James Cagney logró triunfar en su lucha para que no fuera construido un aeropuerto que tendría que desaparecer a su rancho.
Y citó en alguna ocasión que cuando trabajaba en el rodaje de “Uno, dos tres”, la debutante Pamela Tiffin, de apenas 18 años y era la primera vez que aparecía en el cine, se veía nerviosísima frente a él, por lo que James la invitó a que antes repasaran los diálogos, frente a frente, para que fuera perdiendo el nerviosismo, pero ella lo miraba fíjamente primero a un ojo y luego al otro, y él tuvo que decirle que viera al centro de los dos ojos.
También llegó a dirigir la cinta “Atajo al infierno”, pero nunca más le entusiasmó volverlo a hacer.
Se llegó a decir en muchas ocasiones que James Cagney fue un actor muy progesional, pero aunque pareciera que él estaba muy cerca de los personajes de malos que interpretaba en la pantalla, en realidad sí era un duro , pero sentimental, que celebraba la lealtar y admiraba el valor.
Además, le gustaba autoevaluarse, y llegó a decir que hay un momento en “Alma negra” (White Heat) de Raoul Walsh en la que el gángster estelar se sienta en el regazo de su madre. Y era una postura no adecuada para la maldad que se debía suponer tenían los gangsters que interpretaba en la pantalla, pero fue un éxito. Pero en esa misma película se considera que existe otro momento importante, cuando Cagney se entera , cuando está desayunando en la penitenciaría, que su madre ha muerto. Se cubre el rostro con sus manos y después de unos segundos en silencio, grita como animal herido, y se desata un motín en la cárcel.
Algunas de sus grandes interpretaciones fueron también “Desfile de candilejas” en 1933, “El guapo”, “Ha entrado un fotógrafo”, “Aguilas heróicas” en 1935, “Angeles con caras sucias” en 1938 en la que aparecía también Humphrey Bogart y por esa cinta recibiría la primer nominación al Oscar aunque el premio lo ganó Spencer Tracy por “Forja de hombres”.
Otras fueron “Contra el imperio del crimen”, “El sueño de una noche de verano”, “The Oklahoma kid”, “Ciudad de conquista”, “Yanqui dandy” con la que logró ganar el Oscar como mejor actor en 1942 y poco después de este gran éxito decidió abandonar la Warner porque no llegaron a un acuerdo monetario y James Cagney decidió instalar su propia productora, “Cagney productions”, pero pronto tuvo que cerrar porque resultó un fracaso y regresó a la Warner para trabajar en “Al rojo vivo” dirigida por Raoul Walsh con Virginia Mayo.
Otros de sus éxito fueron “Un león en las calles”, “Escala en Hawaii”, “El hombre de las mil caras”, “Luces de rebeldía” y en 1955 volvería a ser nominado al Oscar con “Love or leave me” y en 1961 decidió retirarse del cine luego de trabajar en “Uno, dos, tres” de Billy Wilder pero regresó sorpresivamenmte en 1980 con “Ragtime”, en la que volvió a dar muestras de su gran calidad histriónica y en ella estuvo participando también Pat O’Brien, junto con el cual actuó en muchas películas de su época más exitosa.
Sólo estuvo casado con una mujer, Frances Vernon, en 1922. Murió James el 30 de marzo de 1986 en Nueva York, su tierra natal, cuando tenía 86 años de edad.
Hasta el domingo. Mi correo: hmef@msn.com
(21-sep-08)
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